jueves, 15 de marzo de 2012

Un destino llamado dolor

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Eres todo lo imperfecto que me ha podido pasar, imaginando lo peor sin parar es por eso que mi cielo ahora se derrumbó dejando paso a la eterna noche que llegó sin avisar.

Oscuro fue el tiempo que nos movió y muriendo en las agujas del temor, me pregunto ¿quién dirige mi corazón?

Sueño en el infierno, no hay referencia, no hay verdad, cuándo más te vas, menos puedo ver con claridad,
Sueño en el infierno, no hay referencia, no hay verdad, pues cuanto más herida más confío esa es la realidad.

Falsas palabras susurraba un ángel dormido en medio de la soledad mientras mi alma rozaba contigo un poco la felicidad. De nuevo al ver este final aprendo la  triste lección y siento como el frío de la noche me libera volviendo todo a perder su sentido.

Ya no hay sonrisas, la vida acabó, y ahora un dulce espíritu nos acompaña camino a nuestra perdición. Con un gesto que dolió nos despedimos para decir adiós, ya no hay referencia, no hay estación. Incluso el infierno no es suficiente para los dos.

Por el momento solo me queda olvidarme de mí, perderme en el tiempo, volverme ciega y ahogarme en el mundo del olvido. Y mientras la locura nos ata,  las dulces cadenas de la decepción han sembrado la duda en mi corazón, iluminando mi camino hacia ese destino llamado dolor.

Esta imagen no me pertenece


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