El capítulo de Alice

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Caía la noche y los colores que horas antes habían llenado el atardecer, ahora se volvían negro con avidez. La cálida brisa anunciaba que el verano estaba a punto de comenzar. A lo lejos, el dulce susurro de las olas del mar hacían eco contra el viejo acantilado que siglos atrás, había visto crecer al hermoso y antiguo pueblo de Sayén, el cual en los últimos tiempos se había convertido en uno de los lugares más codiciados que quizás habían surgido sobre la Tierra desde que el hombre colonizó las américas.

No muy lejos de allí, en la cima de una colina y sentada en el pequeño porche de la casa bicentenaria de su abuela, Alice había conseguido mantener la mente ocupada durante la jornada, ahora por primera vez en el día, nuestra protagonista se encontraba reflexionando sobre aquella carta.

Llevaba varios días dándole vueltas sobre qué hacer con ella, y hoy por fin, se había decidido.

Volvió a sacar del pequeño sobre moteado la carta que había escrito en papel maché para Christian. Con cuidado de que el viento no se la llevara, acercó el pequeño candelabro dorado que se encontraba en la pequeña mesa y comenzó a repasar las palabras que en un arrebato de sinceridad había escrito en ellas.

Mi querido Moray:

A veces, te echo de menos, pero hoy me ha parecido especialmente dolorosa esta distancia que nos acompaña, pues aunque el amigo tiempo ha de hacerme olvidar, esta espera aun me parece eterna. Cuento los días que pasan sin precedente y el tiempo más que ayudarme, me abruma.

Ahora mismo, aunque me encuentro sentada viendo al mar crecer y decrecer, casi puedo sentirte a mi lado mientras escribo estas líneas, y por un instante logro olvidar el dolor que el día a día reposa en mi corazón.

Sin embargo, aunque intento sobrevivir, cuando estoy a solas te llamo y cuando parece que este compañero mío llamado dolor no puede ser más grande, encuentra una manera de regresar a mí.

He de decirte que en las noches siempre me persigue el mismo sueño en la que una niebla se expande y lo cubre todo, donde tu ser emerge de la nada hacia mí y con  mirada triste me persigues. Entretanto yo desesperada, anhelo ir contigo pero tú única respuesta es negar con la cabeza pues los dos sabemos que esto es imposible.

Acorralada por estos sueños, despierto cada noche abrumada buscando un significado a tus gestos, a mis actos, sin embargo, cada mañana me reprimo a mi misma por desearte, por pensarte, por llamarte, pues sin tenerte entre mis brazos siento como un terrible vacío comienza a llenar mi alma.

He de decirte, que muchas veces me sorprendo a mi misma buscando tu rostro entre la multitud del día a día, y que tan solo oír mencionar tu nombre hace que por un instante mi corazón de un vuelvo, un vuelvo al que le precede un intenso dolor.

He contado los días desde nuestro adiós, y hoy ya ha pasado un año desde que tomé aquella decisión. Ahora ya es muy tarde para mirar a los errores de nuestro pasado,  y aunque me cueste trabajo hallar las palabras, no puedo evitar tener la sensación de que este es el momento de revelarte.

Irónicamente, en aquel momento y por alguna extraña razón, el corazón me decía que había sucumbido a tus palabras, a tus encantos y a tus mentiras. Mi razón, por aquel entonces, no encontraba posibles para completar ese sendero que me quedaba por  delante. Las ideas me daban vuelta hasta que la noche caía y los sueños en los que tú te manifestabas me atormentaban.

Como siempre, tu imagen me perturbaba y el seguir viéndote era un imposible. Al tiempo de ver cuánto me ignorabas, me di cuenta de que para dejar de sufrir y poder protegerme debía admitir todo esto que sentía. Me había equivocado al querer envenenar lo que estaba claro en mi corazón: te amaba y al parecer eras lo que más había deseado en mi vida.

Ahora, mientras escribo estas palabras, me abruma la aceptación de estos sentimientos, pues aun recuerdo como en las noches lloro por lo que pudo haber sido y no fue. Sin embargo, aunque al principio pensé que de alguna manera el destino nos había unido para que me ayudaras a superar mis temores, ahora un año después creo que es al revés.

Aunque he comenzado esta carta con miedo, he de decirte que a medida que he ido llenando estas líneas ha ido desapareciendo esta pena que al principio me abrumaba, pues he comprendido que aunque no nos volvamos a ver siempre habrá una parte de mí que te estará agradecida por enseñarme a ser quien soy.

Por siempre agradecida

Alice.

Después de haber leído la carta, Alice la guardó en el sobre y comenzó a darle vueltas. Tras un largo periodo en silencio, comprendió que ya no podía retrasarse más, cogió el candelabro y la carta y cuando se disponía a levantarse, una ráfaga de aire la envolvió completamente. Fue justo en ese instante, que una inmensa sensación de libertad y gozo la llenó por completo haciendo que nuestra protagonista se diese cuenta de lo valioso que era que era para ella nuestro viejo amigo llamado tiempo. 

La Oscuridad sin ti

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Muchas son las preguntas que no tienen respuesta. 

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Es cierto que en nuestro pasado nada cambiará, pero hay algo que te puedo ofrecer. Solo debes de tomar mi mano y olvidar lo que pasó pues te prometo que con un simple beso todo el infierno se irá. 

De seguro que la oscuridad que nos cambió acecha tras esta llegada pero aunque existe una única verdad yo sé que en cada latido, en cada pensamiento, en cada sentimiento y en cada universo las cosas son así y que nada puede más que nuestra pasión pues las campanas saben que no hay existencia en el mundo sin este sentimiento llamado oscuridad. 

Ahora que lo sabes, cierra los ojos y déjate llevar por este significado. Déjate llevar por esta verdad que con el tiempo entenderás pues este sentimiento de inocencia es algo que ellos nunca entenderán, algo que nunca sentirán. 

De nuevo los cristales rotos del pasado han estallado en un camino llamado luna, pero nunca es tarde para omitir esas ahogadas palabras llenas de veneno ya que una vez más seremos héroes que pintan luces para sucumbir a nuestro cielo. 

# Tú vanidad

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Hace tiempo que me encaminé por un estrecho camino. 
Caminé y caminé por tanto tiempo con la esperanza de que encontraría a un amor sincero a lo largo de esta calle rota.

Sin embargo, lo que encontré a al final del sendero no fue más que un puñal que apuntaba hacia mí rompiendo mis sueños a cada paso que daba.

No fue hasta que mi corazón se rompió que no noté que las estrellas del cielo se habían caído con esta tragedia, mostrándome así tú gloriosa vanidad.

Pienso que con el tiempo, he aprendido a no estar confundida, a no pensar más en esa calle rota y a no lamentar todo lo que he una vez perdí y que una vez con lágrimas a un infierno sucumbí.

Alegoría del dolor

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Muchas idas y venidas me demostraron que estas lágrimas me distraen del ruido de la mecánica de mi mente

Profundo y oscuro fue el pensar, donde se descubrió el destruido mundo de olvidar. Ellos quisieron ampliar y descubrir lo que ocurría sintiéndose mártires de un indeciso milagro.

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Acompañados por quien los compensa, creen que sustituimos ese compromiso por un predicho futuro donde no podemos amortiguar los difíciles golpes. Es por eso, que el lugar de estos miedos y esperanzas se llama camino, sin embargo, nunca se manifiestan.

Estamos solos sin saber dónde estamos, lugar donde el viento sopla y me deja asombrada. La cara amable y familiar, traman un curioso egoísmo donde se resuelve el solitario ser mi persona.

Ingratos fueron los que investigaron el éxito de las  obras, lo que atrajo al mundo y lo que perdieron las razones,  y sin remedio las ideas llegaron para lamentar las canciones del argumento de las estrellas.

El absoluto sentimiento bidireccional vive en mis páginas pero tras esconder el libreto que cambió la medalla de esa mente maravillosa, se reveló sufrido argumento. Finalmente, el campo brilló ante la prueba y la ilusión que acabó olvidando la meta de la vista pasó simplemente por un día más en el que nada importa.

Cuando regreses

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Otro día mas, pasas a mi lado dando por sentado que los dos sabemos hacia donde nos dirigimos, sin embargo, hoy todo toma un rumbo por el cual todo es muy distinto.

Cuando me detengo y te observo detenidamente, me doy cuenta de que el mirar de tus ojos me dicen que has estado llorando a escondidas al margen de  esta triste realidad. 

- ¿Es esta tu manera de decirme que te vas? 

No puedo leer tras estas lágrimas que están cayendo, no puedo escuchar el silencio de estas palabras que me están cegando y no dejar de hacerme eco con esta decisión. Sin embargo, entiendo que ya no nos queda nada más, y que esta es una decisión de la que ya no hay más vuelta atrás. 

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Hoy no vienes conmigo y no voy a preguntar el motivo, dejaré de hacer preguntas y te dejaré marchar. A cambio, te prometo que siempre estaré allí, esperando en esa habitación que no tiene llave.

Hasta entonces, trata de olvidar, trata de descansar, trata de volar y de tomar de la vida aquellos pedazos de sueños que un día trataste de alcanzar. 

Una Muchacha Perdida en Fantasía

expr:id='"post-body-" + data:post.id' itemprop='description articleBody'> Las zonas que se desarrollaron a lo largo de la creación de esta fantasía, llenaron por completo un espacio en el que la línea cruzada se había fragmentado en una odisea por la que se ha hecho invisible a nuestros ojos. De esta manera, se generó una historia en la que las necesidades ajenas rompieron una problemática realidad.

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En esos momentos, los efectos del silencio controlaban las ilusiones que, articuladas por un curioso dolor, habían escondido un secreto donde todas y cada una de las ideas, habían estallado con el poder del beso que el joven mago le ofreció.

La muchacha, hoy dormida, sueña con ese mágico momento ajena a todo lo que sucede en Fantasía. Y yaciendo ahí, perdida en su realidad, no sabe que estando dormida el joven mago ha comenzado a perder la razón por haber perdido a la única joven que se había llevado su corazón.

Con un simple vacío.....

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Pensamos que con nuestros actos podemos intentar olvidar todo lo que hemos sido, todo lo que hemos vivido, todo lo que un día fuimos.

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Debido a nuestro torpe egocentrismo, no nos damos cuenta de que el vacío que sentimos es porque aún seguimos herimos, hasta que un día actuamos conforme al dolor que sentimos por dentro y comenzamos a destruir todo a nuestro paso. Es bien sabido, que el dolor de nuestra fortuna aún permanece en nuestras vidas junto con los pedazos de nuestras destruidas, tristes y melancólicas palabras.  

Sé que la ilusión de vida en esta historia que un día escribimos, hoy se han convertido en dolorosas palabras de reproche, y que por nuestro puro resentimiento, hemos confesamos en silencio nuestros mayores temores y aflicciones que en realidad son pura fantasía. En nuestra mente, la ira nos ha hecho encontrar el valor para actuar conforme a las emociones las cuales nos han empujado hacia los brazos de ese esperado resarcimiento.

Hoy por hoy, creemos que fingimos y que interpretamos todo por miedo al retiro, sin embargo, ambos sabemos que en lo más profundo de nuestros corazones, se encuentra la clave de la comprensión de cuando reíamos, de cuando vivíamos ilusionados por haber encontrado a quien de verdad creíamos el alma nuestro destino.

Sin Final

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Somos uno, pero no somos lo mismo. Por mil años, hemos jugado a este juego donde mi cada milímetro de mi piel reconoce esa sensación donde se eleva la tensión, donde se levanta la pasión.

Estoy harta de perder el tiempo, así que prepárate.

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Huiré de los recuerdos, los ocultaré en contra de mi voluntad aunque esté cayendo más y más. Si deseas que las cosas cambien, sólo debes sentirte extraño, solamente debes olvidar.

Ahora camino por las oscuras calles de la noche sintiéndome extraña. Veo como cada calle me ilumina de una forma cegadora hasta penetrar en el infierno de mi alentadora soledad.

Nunca dejes de creer, porque algún día la verdad será dicha, porque la verdad se unirá a nosotros.

Podemos practicar todo lo que predicamos, pero todo lo que sube debe de bajar.

Pronto me marcharé de esta ciudad y desharé todo lo que has hecho. Venderé mi alma, me confinaré en el silencio, viviré sin luchar y caeré para siempre pues me he dado cuenta de que aún necesito de tus mentiras para poder continuar.

Como una muñeca rota.....dijeron

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Todavía veo pasar el tiempo en ese triste reloj, y mientras veo caer los minutos me pregunto a mi misma ¿cuál es la razón por la que  aún sigue llorando mi corazón?

Sé que esto no debería pasar ya que nunca ha habido razón para sentir tan inesperado dolor,  sin embargo,  por más que busco, no encuentro motivo para desaparecer y  poder así  engañar al corazón.

¿Qué es lo que debo hacer?, ya no entiendo esta situación.

Siento que cada uno de mis días se han convertido en un tormento para mi razón y mis lágrimas ya no pueden detenerse para ofrecerle paz a mi corazón.

Ciertamente, ya no puedo ver el sinuoso  camino de mis ser  ya que con estas lágrimas se ha nublado mi visión. 

Todo me envuelve,  todo se rompe con facilidad

¿Por qué lo he dado todo, por qué me dado por vencida?

Aún no lo sé, pero con un dulce sufrimiento asumiré este dolor, pues he descubierto que aunque siempre he estado aquí nunca ha existido una salida para mí.

Los días se tiñen de un color que ni yo misma podría describir, el cielo se cierra a tanto dolor, el viento me dice adiós, el mundo se estremece al ver esta odiosa realidad y la gente pasa cada vez más rápido  a mí alrededor.

¿Crees que no duele saber que de entre todos ellos, soy la única que siente tanto dolor?

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Pero estoy bien, incluso si no me amas sé que estoy bien, ya que ahora todo estará bien, porque he descubierto que  mientras este corazón sigua arrepintiéndose por ese  triste adiós, mientras están lágrimas sigan brotando, mientras mis manos estén rotas, mientras el tiempo siga, siga y siga, mientras haya elegido el infierno mintiéndome a mí misma, tú podrás encontrar la única salida, dejando ir así a tú pequeño guardián, dejando atrás a esa muñeca rota que todos dijeron

Ingenua

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En medio de una terrible oscuridad, una niña lloraba mientras la dulce lluvia caía en forma de soledad. Ingenua, creía que iluminada por la esperanza tal vez podría brillar, sin embargo, ha visto que este terrible mundo ocultaba su faceta más triste.

Ahora, ha perdido lo que es y no lo puede entender, pues su corazón está roto y no existe explicación.

De nuevo algo en su interior no funciona, esa es la prueba de que todo acabó. Con esa simple razón, debe de desvanecer esa luz que ya no funciona en sus ojos. Su esperanza ha muerto junto con el dulce murmullo de un mundo hueco donde el silencio de ese sonido, de alguna manera sigue siendo duradero. Las mentiras, ahora resquebrajadas, habían dejado atrás a una atormentada verdad y que hoy por hoy, ya no se encuentra en ninguna parte. 

Ella busca entre sus recuerdos perdidos y, aunque sigue a las estrellas distantes, se da cuenta de que en los extremos de este sueño ya no queda lugar para soñar con el cielo. Por ello, decide caminar lentamente a través de esas grietas que se han formado con su vida, y por las cuales se filtra la luz que le permiten continuar y aunque ella sigue caminando hacia delante, misteriosos emisarios susurran en su dolorido corazón.

- ¡Pobre niña!

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El dios de los mortales juega a un destino llamado vida, y de nuevo tristes mentiras, hoy ya olvidadas, atormentan a esa niña que en la noche lloraba. 

- Sé que la verdad está en alguna parte de las estrellas distantes que cada noche surcan el cielo. Yo lo sé - se lamenta ella entre lágrimas.

Sin embargo, pasaría un largo tiempo hasta que la niña se diese cuenta de que en realidad no existe ninguna verdad. Pasaría un tiempo, para que la mágica sonrisa de aquella niña, comenzara a borrarse conforme al sueño y pasaría un tiempo para que aquella niña se diese cuenta de que solo había vivido conforme a una apariencia.

Historia sobre una vida.

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En este mundo rodeado de pensamientos, nuestras mentes inquietas no paraban de correr viendo como esta vida nos había sido marcada por el dolor de ciento de cicatrices y heridas que sangraban en el silencio, pues el camino por el que luchamos no ha sido nada fácil, pero hemos aprendido mucho tratando de caminar hacia el camino correcto, sin embargo, siento decirte amor mío que he caído.

He caído pues este corazón me ha traicionado ya que no resistió la tentación de amar y ser amada, pero ¿por qué hago esto?, siento que todos los días todo es igual. Te juro que he intentado todo por alejarme, sin embargo, mírame aquí de nuevo, en busca de ti otra vez.

Una y otra vez vuelvo a caer rendida ante ti. ¡Ayúdame te lo suplico, sálvame pues no lo puedo detener!, esto me arrastra hacía abajo y no puedo impedirlo. 

Así que aquí voy de nuevo, con tantos pensamientos que no puedo sacar de mi cabeza, tratando de vivir sin ti, aunque siento que cada vez que lo hago muero.

Pero sé que esto es lo mejor para mí, por eso amor mío ahora debo cumplir mi condena, esta extraña y dulce condena con la cual viajo hacia las puertas del olvido donde ya no queda esperanza alguna para esta insidia, donde solamente reside el dolor de estas heridas que hoy se tiñen de sangre, y no existe límite alguno para esta congoja que alimenta mis temores.

Ahora en medio de este sacrificio muero por atrapar mi último aliento, derramando lágrimas con recelo y sufriendo al escribir estas líneas de papel en donde mi alma rompe a llorar de desconsuelo. Y te digo esto amor mío con estas últimas palabras deseando que cuando llegue la hora, puedan encontrar la libertad y el perdón del que en vida carecí

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Mi pequeña jaula de cristal

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En un lugar al que nunca has viajado, veo como tus ojos tienen un silencio profundo. Con un gesto muy sutil apago tu alma y cierro tus ojos dulce mortal, porque esta letanía no tiene final.

Permíteme darte la bienvenida a este amargo desenlace, y siéntate como en casa pues acabas de entrar en el paraíso de las sombras.

Déjame decirte, que aquí tu pequeño corazón no se salvará de las oscuras tinieblas que te rodean, pues cada una de estas paredes bañan con sangre uno a uno tus pecados cometidos en vida.

No anheles la absolución, pues tu existencia no lo merece, no busques salida pues jamás la encontrarás.

Aquí prisionero sin razón, sentirás como los límites del tiempo pasan a través de la vida y la muerte, saltando entre mundos imposibles.

Sé que soñarás ángel cautivo, pero acuérdate de todo el daño que has hecho en vida y de esas mentiras que un día regalaste.

Ahora, viéndote cruzar las puertas del olvido ignoro tu destreza, y aunque es cierto que algo me dice que la voz de tu alma es profunda, veo como las tonadas de ese viejo corazón no quisieron tocar para ti una vez más nuestra dulce canción.

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La chica que canta en mi mente en medio de este mundo roto

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Mientras camino solitaria por el camino, me doy cuenta de que sonrío feliz.

Me pregunto qué será esto que siento.

Ignorando por completo esto que me está sucediendo, observo cómo el mundo se encuentra cubierto por un leve susurro en el que cada corazón descubre una verdad que dormita en su interior.

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Incluso sin esa respuesta que busco, se me acaba el tiempo. Ya no puedo esperar a la noche, ¿qué debo hacer para escapar? Ayúdame a descubrir.

Hoy pediré a las estrellas que alumbren mi velada, de esa manera la canción que canté llegará a ese solitario corazón que enamorado de una quebrada realidad oirá en mi mente cantar a una chica inundada de soledad.

Por ello, aún sin las lejanas estrellas, el cielo volverá a nacer, y de nuevo pediré regresar a esa noche de ensueño en la que el milagro de haberte conocido en medio de  este mundo roto, no tiene nombre.

Cuando el cielo...

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Cuando el cielo retuvo los sueños perdidos, mi alma decidió que sería el momento de volver. Siempre pensé que mi vida estaría anclada a ti, pero esa pequeña flor me enseñó que no debo desechar a la noche y que todo tiene una razón. Hoy he venido a ti para pedirte perdón pues ya es momento de que estos mundos colisionen. Y es que aún cuando el sueño del primer mundo caiga, solo tú posees el tiempo que la brillante ha de tener.

-         -  No te preocupes criatura, tú y yo estamos bañados por esa luz que nos rodea. Tú y yo, seremos consolados de las cosas que irradian un mañana

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Quise aferrarme a ti con esas palabras, pero nunca imaginé que acabaríamos de este modo. Yo sé que no hay excusa para esto, pero supongo que debe de ser el destino, por eso debes de creer que todo en mi mundo es distinto de ti, pues aún cuando las hojas caen, caen junto a mi alma la cual entona el preludio de una canción encantadora que hoy, atraída a este mundo llamado Fortuna me recuerda que esto es un simple sueño de la palabra vida.

Sé que mis pensamientos aún no pueden alcanzarte, que todavía hoy sigo vagando por estas solitarias calles de esta fría ciudad y de las que aún si siquiera puedo recordar el lugar donde estoy. Imagino que en esta noche sin fin ya debe de llegar, y al igual que ella tu llegarás.

Por eso, si para entonces mi mente se libera de los desgarros de este quebradizo corazón, mi sueño habrá terminado, y será entonces que en mi alma sonará la más dulce y armoniosas de las melodía más oscura inscritas en las sinfonías de la noche, desapareciendo silenciosamente con ella entre mi pasado, donde para mi ya es imposible de retroceder a esos días donde tu hermosa voz siempre sería la esperanza por la cual se iluminaría mi nuevo mañana.

Insólito y extraño: él.

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Una noche agitada de dolor, mi alma terrenal sucumbió a los deseos de una canción invernal en la que frías notas musicales acampaban lentamente al compás de una voz que iba desvaneciéndose lentamente ante las puertas de Morfeo.

Curioso y oscuro pero a la vez dulce sonido, fue el que penetró por todo mí ser. Nunca sabré el cómo ni el porqué, solo sé que algo me decía que en ese misterioso mundo encontraría al ser que sería el futuro guardián de mi destino.

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Cuanto más me adentraba en esa dulce pesadilla, más desesperado se encontraba mi corazón. Inquietantes latidos aullaban hacia mi alma, mientras el tiempo, que ahora formaba parte de mí ser, dormía para hacerme olvidar.

Sé que me prometí a mi misma alcanzar el sol, pero ¿será eso posible?, ¿podría ocurrir a pesar de todos mis pecados? Innumerables cuestiones surgían en mi interior, y casi sin pensarlo, me encontraba caminando de nuevo por el sendero de mi destino.

Mi mirada reflejaba una triste agonía que sin saber cómo, amenazaba con romper los límites de esta caída irrealidad. De pronto, ahí se encontraba él, un perfecto joven de cabellos tan oscuros como la noche y de ojos tan grises como la luna,  lanzando hermosos sueños hacia mí ser.

-        --  ¿Sería ese el joven guardián que atesora mi destino? – pregunté para mis adentros

Mientras caminaba hacia él, un pequeño deseo susurraba que pronto llegarían las manos de aquel lindo chico que había lanzado innumerables espejismos hacia mi ser, sin embargo, el nigromante sueño con semblante severo, anunció que esta vez sería diferente.

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De repente, la eterna noche comenzó a abrirse paso dando lugar a un cielo teñido de rojo. Llamaradas de dolor caían cual suaves plumas en el aire, y mientras la sangre había comenzado a caer suavemente, el misterioso emisario entonó una danza al son del dolor terrenal.

Jamás podré  olvidar como esa tenebrosa y dulce sonrisa me había atrapado por completo, pareciera que me había embrujado el atractivo que el aura de aquel chico misterioso y sombrío poseía, más aún, pareciera que mi cuerpo estaba pidiendo a gritos más de él, de ese mundo que él mismo me había abierto y que ahora, sin saber cómo, había cortado el viento, silenciado a los mares y dormido hasta las estrellas con su sonrisa infernal.

Cuando el joven emisario me contempló por vez primera, sentí latir tan fuerte mi corazón que el mundo que ahora caía bajo mis pies, carecía de importancia. Poco a poco, el chico misterioso se fue acercando a mí. Tenía un andar tranquilo y despreocupado y su mirada era fría pero segura.

-         -  Es hora de despertar – susurró con malicia. 

De pronto, me vi envuelta en la más turbulenta de las oscuridades cayendo en lo más profundo de las más temibles pesadillas halladas en mi corazón. Azotada por una intranquila ola de calor, desperté agitada de esa noche en la que todo me pareciere hermoso.

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-         -  Solo ha sido un sueño – mascullé para mis adentros. – Solo un simple sueño. –

Sin embargo, mi alma me decía que era mucho más que eso, pues ese joven de enturbiada sonrisa había clavado en mí ser, emociones que jamás soñé creer. 

Varias fueron las noches en las que intenté volver a ver a ese joven despreocupado, sin embargo, jamás lo encontré. Mi alma dolorida, aún recordaba esa pícara sonrisa que ardía despreocupada alrededor de las llamas del cielo, pero debo de decirte amiga mía, que jamás pensé en aumentar esta tranquilidad tan tenebrosa, jamás pensé en atormentar esa profunda soledad y reprimir ese dulce deseo pero, mi querida amiga, debes saber que el chico al que amo es quien esconde mi oscuro y quebradizo corazón,  y afortunadamente, se ha envuelto de una ilusión para no ser dañado por un ser como yo.